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Del Desarrollo Profesional y la Salud Mental

  • Foto del escritor: Dra. Gloriana Gurdián
    Dra. Gloriana Gurdián
  • 15 mar 2023
  • 4 Min. de lectura

¿Tiempo o dinero? ¿Ansiedad por trabajo o ansiedad por tiempo libre?

¿Es uno más importante que el otro durante los años productivos?

  • TIEMPO LIBRE

  • INGRESOS


No es un tema que se pueda llamar "médico" aunque está más generalizado que muchas enfermedades; no lo consideramos un tema de "salud", aunque ya lo digo: DEBERÍAMOS. Muchos pensarán que se trata de un tema más filosófico y existencial que cualquier otra cosa. Pero recientemente, ante un análisis del panorama laboral, me ha surgido la duda de si es posible desarrollarse profesionalmente de una manera integral que nos permita mantener el bienestar constante en todas nuestras esferas.


En el mundo actual parece imposible poder tenerlo todo, y se tacha de millennials (con una connotación negativa y no meramente epidemiológica) a quienes han dado prioridad a su salud mental y tiempo libre ante el sacrificio laboral, aunque cabe hacer la aclaración que personas con estas preferencias existen de toda edad. Generaciones anteriores y ahora de nuevo las más recientes en incorporarse al mercado laboral, entienden de la necesidad de sacrificio con jornadas laborales largas que muchas veces incluyen horas extra dentro de los comunes “horarios de confianza”, con sacrificio de su tiempo familiar, personal y recreativo a costa de un ingreso generoso que permite afrontar el costo de la vida.



No se puede culpar a unos ni a otros. Ambas vertientes de pensamiento son válidas y justificables, sin embargo, ninguno de los dos consigue el objetivo final que usualmente buscamos los humanos: la felicidad.


¿Por qué? Es una ecuación muy simple; porque los millennials en su búsqueda de libertad, tiempo libre y paz mental, se quedan sin ingresos generados de manera autónoma que sostenga ese estilo de vida. Y los demás, tienen un ingreso suficiente para ser autosostenibles, sin embargo, no tienen el tiempo deseado para su recreación, tiempo en familia y descanso.


Es una encrucijada en la que no debemos entrar a señalar a unos ni a otros, ni juzgar el estilo de vida que cada uno está escogiendo. Es difícil que ambos bandos lleguen a un acuerdo porque las prioridades de cada uno están puestas en extremos opuestos.


¿Entonces quién está en lo correcto?


Los dos… y ninguno. La responsabilidad no está en las personas, está en el sistema. Como seres humanos, sabemos hoy más que nunca somos una especie conformada integralmente por 4 esferas: física, intelectual, espiritual, emocional; no deberíamos nunca tener que elegir cuál de ellas priorizar.


En nuestra economía movida a rastras por el consumo y la producción masiva, los intereses de éxito de los altos mandos han repercutido en el bienestar de los individuos, y nosotros lo hemos aceptado como modo de vida irrevocable. Cada uno de nosotros como representantes de la masa laboral que mueve la economía global somos responsables y víctimas del sistema.


A los que trabajan mucho y viven poco:


¡En hora buena!

El compromiso, la motivación y el sacrificio actual pagan un estilo de vida económicamente estable y seguro. Alcanzar metas intelectuales es fundamental para el desarrollo personal, llena de satisfacción, alimenta la autoestima y el sentimiento de bienestar.

Son ustedes los grandes responsables de los rápidos avances de la economía, del crecimiento de los mercados, de elevar la calidad del profesional cada día. Es muy gratificante el buen desempeño laboral y la remuneración.


Ahora les pregunto:


¿Se han sentido físicamente agotados?


¿Sienten que no les alcanza el tiempo para dar tiempo de calidad a sus seres queridos?


¿Tienen constantemente temas laborales en su cabeza que les impide vivir

tranquilamente sus tiempos libres?


¿Han tenido dificultad para dormir por sentirse acelerados y/o ansiosos?


¿Son víctimas constantes u ocasionales del embotamiento mental que lleva al burnout?


Seguramente se sentirán identificados, porque las esferas emocional, espiritual y muchas veces física, están ocupando un papel secundario que las deja relegadas y resentidas. Se siente que se da mucho esfuerzo y calidad al trabajo, pero aunque cueste creerlo ese desempeño aún puede mejorar y ser más óptimo si logramos estar balanceados, cuando podemos desconectar de nuestras labores y cargar esa batería emocional con los que nos llena, sean personas, actividades o experiencias.


A los que viven mucho y trabajan poco:


¡En hora buena!

Priorizar la libertad y la tranquilidad permiten un desarrollo de autoconocimiento, amor propio y valoración de los demás y el entorno. Estar en conexión con las personas y cosas que nos rodean fortalece vínculos y refuerza las habilidades sociales. Dedicar tiempo al cuidado del cuerpo con actividad física y al aire libre generan bienestar y permite liberar la mente del estrés y la ansiedad.


Ahora les pregunto:


¿Han sentido frustración por no tener un norte profesional claro?


¿Existe la presión y preocupación constante de tener una limitación económica que no

permite alcanzar las metas deseadas?


¿Siente en ocasiones que está “remando a contracorriente” en el mundo y que muy

pocas personas comparten su visión de vida?


¿Tiene alteraciones del sueño por estrés y/o ansiedad?


¿Ha sentido que no está alcanzando su potencial máximo y por alguna razón se

encuentra limitado?


Seguramente aquí también se sentirán identificados los de este grupo porque, aunque han dedicado tiempo a sus esferas físicas y emocionales, ha quedado rezagada la parte intelectual, mental y laboral.


Y es que es innegable, somos seres integrales y aunque suene codicioso, ¡lo queremos y necesitamos todo para realizarnos!


No hemos encontrado solución para este balance, más bien hasta ahora estamos empezando a comprender la magnitud el problema. Pero creo que la concientización y el aprendizaje de lo que nos conforma como seres humanos y lo que requiere nuestro bienestar, es el primer paso para iniciar la búsqueda de soluciones conjuntas.


Es un tema que cada día es más realidad y menos rumor. Ya está llegando a oídos de todos, desde las grandes corporaciones hasta trabajadores independientes. Y es que si no vemos el panorama completo, nos cegamos por el bando que elegimos al inicio de nuestra vida laboral y nos perdemos del otro 50% de lo que puede ser la vida (por lo menos durante la gran parte de los años productivos).


Debemos seguir educándonos y conociéndonos para que la próxima vez que escriba un artículo de este tipo, no sea necesario hacer la distinción entre “trabajo” y “vida” y que si la hago, ustedes lectores, no la entiendan.


Gloriana G.






 
 
 

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